Hoy en día, el Carrot Cake o tarta de zanahoria se elabora con una cobertura dulce, una especie de glaseado de crema de queso que, a menudo, va también servido en capas. En países como Reino Unido o Estados Unidos, esta versión del carrot cake está presente en todas las cafetería y cartas de postres. Y es que, últimamente, parece que también se ha instalado con fuerza en España.
Con un sabor dulce y ligeramente especiado, es una fantástica forma de que los más pequeños de la casa coman zanahoria. Una receta muy sencilla y fácil de preparar, con un resultado sorprendente. ¡¡SIMPLEMENTE DELICIOSA!!
Ingredientes:
Para el bizcocho:
345 gr de harina de trigo
70 gr de pan rallado Frumen Natural
200 gr de aceite de girasol
450 gr de azúcar
5 huevos
1 1/2 cdta bicarbonato
1 1/2 cdta canela
1/4 cdta jengibre
1 ½ cdta nuez moscada
300 gr de zanahoria triturada o rallada
100 gr de nueces troceadas
Para la crema:
320 gr de azúcar glass
450 gr de queso crema tipo Philadephia
100 gr de mantequilla
1cdta de esencia de vainilla
Elaboración del Carrot Cake o bizcocho de zanahorias:
Para el bizcocho, primero precalentamos el horno a 180º y después preparamos todos los ingredientes que vayamos a utilizar. Para ello, rallamos o trituramos las zanahorias con el aceite de girasol y, en un bol aparte, mezclamos la harina y el pan rallado con las diferentes especias.
A continuación, montamos los huevos con el azúcar. Una vez hayan tomado color blanquecino y triplicado su volumen (punto de nieve), añadimos con cuidado el aceite con la zanahoria ya triturada. Después, vamos añadiendo la mezcla de harina, el pan rallado, el bicarbonato y las especias. Por último, añadimos las nueces troceadas.
Engrasamos el molde que vayamos a utilizar y añadimos la mezcla. Horneamos durante aproximadamente 40 minutos y comprobamos, con la ayuda de un palillo, si está hecho.
Para la crema, añadimos en un bol la mantequilla en textura pomada y el azúcar glass, junto con un chorrito de esencia de vainilla. Batimos con la ayuda de unas varillas y mezclamos. A continuación, añadimos el queso crema y seguimos batiendo hasta que quede todo bien integrado, dejando una crema montada y compacta con la que podamos decorar nuestro bizcocho.
Podemos utilizar el glaseado únicamente para la cobertura o bien distribuirlo en un par de capas en el bizcocho.
¡Una auténtica tentación para esos días en los que necesites algo dulce que te haga recuperar fuerzas o, simplemente, regalarte un capricho dulce que tanto te mereces!
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