El aumento de las altas temperaturas y los cambios en nuestra rutina afectan notablemente a nuestro cuerpo: deshidratación, aumento de peso, hinchazón… son solo algunos de los efectos secundarios de muchos de nosotros en época estival. Para evitarlo, os proponemos unos consejos para cuidar tu alimentación en verano.
Hidratación
Mantener una correcta hidratación es esencial tanto en verano como invierno, pero las altas temperaturas y un ritmo de vida más frenético hace necesario aumentar nuestro consumo de agua. Según un estudio de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, lo recomendable en mayores de 14 años sería beber como mínimo entre 2 y 2,5 litros de agua. También puedes incrementar la ingesta de líquidos en forma de gazpachos o sopas frías.
Frutas y hortalizas de temporada
La naturaleza nos ofrece justo lo que necesitamos en cada época del año. Así, los alimentos de verano se caracterizan por tener una mayor cantidad de agua para evitar la deshidratación y es muy rica en vitaminas, fibra y antioxidantes.
Márcate un horario
En esta época nuestra agenda suele estar llena de planes y en la mayoría de ocasiones, la comida está casi siempre presente. Las comidas copiosas implican que muchas veces nos saltemos la siguiente comida ¿el resultado? Comer con más ansiedad en la próxima ingesta. Un consejo para cuidar tu alimentación en verano es marcarte un horario de comidas que incluya de 4 a 6 comidas diarias moderadas.
Controla el consumo de bebidas azucaradas y alcohol
No solo las comidas copiosas engordan, en verano tenemos tendencia a quedar con nuestros familiares y amigos para tomar un helado, una cervecita al sol, una horchata o un granizado ¿y a quién no le apetece? Sin embargo, el consumo excesivo de estos alimentos tan inocentes nos puede jugar una mala pasada. En su lugar, te proponemos intentar sustituirlos por macedonias o batidos.
Evita intoxicaciones
Las intoxicaciones alimentarias suelen aumentar en verano, especialmente las relacionadas con salmonelosis, una enfermedad gastrointestinal que puede llegar a ser especialmente grave. Para evitarla se recomienda mantener una correcta higiene y llevar a cabo algunos hábitos como conservar los alimentos ya cocinados o las sobras en la nevera, así como la mayonesa o las salsas, o evitar comer huevos crudos y alimentos poco cocinados.
Recuerda que disfrutar del verano no nos exime de ser conscientes de lo que comemos. Con estos consejos de alimentación en verano no solo te sentirás mejor por dentro, también por fuera. ¡Feliz verano!
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