A pesar de ser considerada una técnica relativamente fácil, montar claras al punto de nieve puede suponer un gran reto. No porque resulte difícil obtener los ingredientes que son básicos; huevo, azúcar y sal, sino por la técnica de elaboración. Esta semana, te explicamos cómo hacerlo, no te pierdas ni detalle porque, aunque parezca increíble, muchísimas elaboraciones se nutren de esta técnica.

Las claras al punto de nieve se utilizan para preparar desde un merengue para un hojaldre hasta una merluza con muselina o mayonesa tibia, pasando por magdalenas, mousses, tiramisús y bizcochos. También muchos sorbetes y espumas utilizan esta técnica para su elaboración.

El primer paso es usar los huevos a temperatura ambiente, sácalos de la nevera un rato antes de usarlos. En segundo lugar, asegúrate de que todos los utensilios que vas a utilizar (bol y varillas eléctricas) están totalmente limpios y secos. Cualquier residuo en ellos puede hacer que las claras no lleguen a montarse.

Para su elaboración, y como ya mencionábamos antes, sólo necesitaremos:

  • Clara de huevo
  • 1 cucharada de azúcar por cada clara de huevo.
  • Sal

Separa las yemas de las claras con mucho cuidado, no puede quedar ni rastro de yema en la clara. A continuación, echa las claras en un bol, añade una pizca de sal y empieza a batir con una batidora eléctrica a muy poca velocidad al principio. También se puede hacer con varillas manuales, pero es más difícil conseguir un resultado óptimo. Ve subiendo progresivamente la velocidad hasta que empiece a salir espuma. Cuando las claras empiecen a espumar, añade las cucharadas de azúcar, una por cada huevo que utilices y sigue batiendo hasta que las claras cojan consistencia y se asemejen a una mousse blanca.

Un consejo para saber si las claras están bien montadas: dale la vuelta al bol, si la mezcla se mantiene al bol sin derramarse, es que ya están montadas, de lo contrario debes seguir batiendo o repetir el proceso de nuevo.