El verano es una época clave para la gastronomía en España, y es que la variedad de productos de temporada presentes durante estos meses han servido como inspiración para la cocina del país desde hace mucho tiempo; la semana pasada disfrutasteis de nuestra publicación sobre los platos imprescindibles del verano donde hicimos un repaso a cinco de los platos más populares de esta estación, pero nos hemos quedado con las ganas de seguir hablando de estos exquisitos manjares veraniegos, así que aquí os dejamos cuatro clásicos más que no debéis perderos este verano:

Melón con jamón
Una preparación que ejemplifica que lo simple no está reñido con el sabor, consiste en la unión de dos alimentos que por separado ya son una delicia pero que juntos combinan a la perfección, donde el sabor dulce del melón se mezcla con el tono salado de un buen jamón curado. Este plato es tan popular en el mundo que inclusive en Francia se le conoce como “Melón a la española”.

Espetos de sardinas
Uno de los platos más demandados en las costas malagueñas, consiste en ensartar sardinas en una caña vegetal como si de una brocheta se tratase y asarlas con leña en la arena de la playa; se conoce como “espetar” al acto de “ensartar pescado”. Con respecto a la técnica, es fundamental ensartar la sardina atravesando su lomo para que la espina quede por debajo de la caña y no se rompa.

Marmitako de bonito
Conocido como Marmitako en el País Vasco y Marmita en Cantabria, es el plato por excelencia de la cocina vasca. Consiste en un guiso de atún acompañado con patatas, cebolla, pimiento verde, pimiento choricero y tomate, en resumen, una delicia culinaria. Marmitako significa literalmente “lo que hay en la olla”, una de las frases más recurrentes de los pescadores vascos cuando volvían a casa después de su jornada en el mar.

Pulpo A Feira
El embajador gastronómico de Galicia en el mundo, debe su nombre a que originalmente se consumía durante las ferias y romerías del interior gallego. En este plato, el pulpo fresco debemos mazarlo para ablandar su carne o congelarlo uno o dos días para romper las fibras, lo más curioso de su preparación es “asustar al pulpo”, una técnica que consiste en coger el pulpo por la cabeza, metiéndolo y sacándolo varias veces de agua hirviendo hasta que sus tentáculos queden ondulados.