No se trata de ninguna película de ciencia ficción, sino de una de las nuevas tendencias culinarias. Las impresoras 3d ya son una realidad en algunos sectores como la construcción o la medicina. Incluso la NASA está incorporándolas en sus proyectos de cara a imprimir piezas o instrumentos que los astronautas puedan necesitar en sus misiones.
A pesar de que en España no se ha oído mucho hablar sobre la aplicación de las impresoras en la cocina, chefs especializados como Paco Morales, conocido como “el chef tecnológico” sitúa a la impresora 3D como una herramienta que tendremos en casa en cinco o diez años. Es más, se piensa que incluso podría robar cuota de mercado a los microondas y robots de cocina.
Se trata de una tecnología muy sencilla, ya que no deja de ser una evolución de las habituales impresoras de papel. Tiene el tamaño de un microondas y, por ahora, sólo se encuentran en restaurantes de alta cocina y en centros de investigación. Pero, ¿cómo podemos utilizar una impresora 3D en una cocina?
Su estructura está compuesta por cápsulas de unos 120 centímetros cúbicos que funcionan como “cartuchos” similares a los de las impresoras convencionales. En ellos, se introducen los ingredientes triturados. Acto seguido, se programa la receta que se desee preparar a través de una aplicación Android integrada en la impresora y conectada a Internet a través de Wifi. Una vez introducida la receta, ya solo queda esperar a que el plato esté preparado.
No sabemos si los platos serán sabrosos ni si convencerá a los comensales, pero lo que se prevé es que será un indispensable tanto en cocinas de los mejores chefs del mundo como en las cocinas amateur.
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