¿Alguna vez te ha pasado, llegar a casa con las bolsas de la compra y empezar a colocar los alimentos en la nevera en el primer sitio donde haya un hueco? Lo que seguramente no sabías es que ni todos los productos necesitan la misma temperatura, ni duran el mismo tiempo.  Entonces, ¿dónde debemos poner cada alimento? Cada zona está especialmente diseñada para albergar unos alimentos u otros y, aunque parezca algo sin importancia, una buena organización de la nevera puede hacer que tus alimentos aguanten durante más tiempo. Hoy te damos unos algunos consejos para que hagas de la nevera y del congelador tus mejores aliados.

Zona superior: es la zona menos fría de la nevera por lo que debemos reservarla para aquellos alimentos que necesitan menos frío como productos ya cocinados.

Zona central: esta zona es ideal para colocar los embutidos, yogures, quesos y, en general, cualquier alimento que no necesite temperaturas tan bajas como carnes y pescados.

Zona inferior: es la zona más fría de la nevera. En ella se deberán colocar aquellos alimentos que requieran de más frío como carnes y pescados. Guárdalos siempre bien envueltos y sepáralos del resto de alimentos para evitar cualquier posibilidad de contaminación cruzada. En el caso del pescado, es fundamental limpiarlo correctamente antes de guardarlo, eliminando las tripas, la cabeza y las escamas. Puedes almacenarlos en envases de vidrio con tapa hermética, un envase muy higiénico y que conserva las cualidades propias del producto. Además, es ideal para ser reutilizado y facilita el lavado.

Cajones: muchas neveras tienen habilitados unos cajones para las verduras y frutas. En ellos, este tipo de alimentos mantienen su humedad y se conservan mejor, ya que el frío excesivo puede deteriorarlas. Eso sí, mejor guárdalos sin bolsas. Además, ten cuidado a la hora de juntar unas frutas y verduras con otras. Hay verduras y hortalizas que al madurar liberan gases que pueden empeorar el proceso de maduración de otras, por eso no es recomendable juntar frutas como manzanas, uva, pera, plátano, tomate, ciruelas y melones con zanahorias, lechuga, brócoli, calabaza o sandía.

Puerta: es la zona menos fría de la nevera, perfecta para alimentos que no requieran temperaturas tan bajas y estables. En esta zon puedes colocar productos como huevos, mantequilla, botes de salsa, bricks de leche…

Debes tener en cuenta que no todos los alimentos soportan bien el frío de las neveras: algunos se ponen duros, cambian de sabor e incluso pierden sus propiedades. Es el caso, por ejemplo, de productos como las patatas, las cebollas, los cítricos, los plátanos, los aguacates, los tomates o el chocolate.

Por último, no debemos dejar la puerta de la nevera demasiado tiempo abierta, si no queremos romper la cadena de frío y que ello afecte al correcto mantenimiento de nuestros alimentos. Tampoco es recomendable meter comida muy caliente en la nevera, pues el calor desprendido hará que aumente la temperatura media del interior, perjudicando al resto de alimentos. Recuerda que lo ideal es que la nevera esté siempre entre 2º y 5º, nunca a más de 8º.