La vitamina D, también llamada la ‘vitamina del sol’, pues se obtiene a partir de la radiación solar, ayuda a mantener los músculos, huesos y dientes sanos. Además, previene diversas enfermedades como raquitismo, osteoporosis, cáncer, problemas cardíacos, diabetes e hipertensión. Es por eso que en invierno, la falta de sol hace que la vitamina D del cuerpo disminuya. Pero, ¿sabías que podemos contrarrestar esta falta comiendo de una manera inteligente? A continuación, te contamos algunos ingredientes ricos en vitamina D para que añadas a tus platos esta temporada.

Pescado azul

El pescado azul es el rey de la vitamina D y podemos encontrarla en pescados como: el arenque, el jurel, el salmón, la caballa, los boquerones, las sardinas o las anchoas. También destacan pescados de agua dulce como la trucha o la carpa.

Caviar

No hay duda que el caviar es uno de los alimentos más cotizados y exquisitos que existen, no sólo por su sofisticado sabor, sino también por sus numerosas propiedades. Un ingrediente muy común en el sushi y más asequible de lo que pensamos.

 Lácteos

Los lácteos son una fuente de vitamina D, además de aportarnos una gran cantidad de calcio entre otros muchos nutrientes, que podemos consumir en cualquiera de sus variedades: leche, quesos, yogures, mantequilla, nata…

Zumo de naranja

Al igual que la leche, el zumo de naranja está enriquecido con vitamina D. Una única taza contiene alrededor de 137 UI que, además, nos aporta la cantidad diaria recomendada de vitamina C.

Hígado vacuno

La carne de hígado es una fuente insustituible proteínas, vitaminas y minerales. El más consumido es el de res, por su delicado sabor. También se come el de carnero, cerdo, conejo o pescados. Para beneficiarnos de sus excelentes propiedades, podemos prepararlo como plato principal en forma de hígado encebollado o como aperitivo con el clásico paté o foie.

Huevos

Este alimento tan popular así como accesible es una buena fuente de vitamina D para nuestro cuerpo. Hervidos, revueltos, escalfados o en tortilla, los huevos son una gran manera de comenzar el día.

Cereales enriquecidos

Los cereales como el maíz, la avena, la cebada, el centeno o la quinoa son una opción para quienes no consumen alimentos de origen animal, especialmente, los cereales integrales que, además de aportar vitamina D, poseen numerosos nutrientes beneficiosos para el organismo. Conviértelos en un superalimento añadiéndoles semillas como las de sésamo o lino.

 Hongos y setas

Los hongos y setas, que precisamente encuentran su mejor temporada de consumo en otoño, también son fuente de vitamina D, sobre todo, los champiñones. Esto puede deberse a que son propensos a absorber la luz solar y por ello, esos altos niveles de la vitamina del Sol. Asegúrate de elegir los hongos secados al Sol y no por medios artificiales.

Ostras

Las ostras son una gran fuente de vitamina D para nuestro organismo y son además, un marisco muy nutritivo, rico en vitamina B12, hierro, cobre, selenio, zinc y manganeso.

Además de practicar deporte al aire libre o aprovechar los días soleados, ¡ya sabes! Durantes el invierno, convierte estos alimentos en tus mejores aliados.