Qué felicidad cuando abres el horno y descubres que tu pastel está bien cocinado y listo para comer. El olor tan exquisito, el aspecto radiante y el sabor lleno de matices… Todo encaja cuando haces un gran plato como este pastel de calabacín al horno que te proponemos en la receta de hoy.
Lo mejor de esta receta es que te sacará de un apuro en más de alguna ocasión, porque te permitirá tener raciones para varias comidas, además de ofrecerte una gran variedad para incluir otros ingredientes como jamón cocido, pavo, cebolla…
Vamos a enseñarte cómo cocinar este suculento pastel de calabacín en tu horno, que se convertirá en un gran hit de tus recetas frías o calientes para esta época del año. ¡Vamos a darle rock and roll!
Ingredientes
- 2 calabacines pequeños
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- 1 cebolla
- 6-8 lonchas de fiambre de pavo cocido
- 20 ml de nata
- 3 huevos
- 100 g de queso emmental
- Mantequilla
- Pan rallado Frumen Especial Horno
- Pimienta negra molida
- Ajo en polvo
- Orégano
- Sal
Elaboración
Partimos el calabacín en rodajas del mismo grosor. Con ellas iremos haciendo los diferentes pisos del pastel. En una sartén con una pizca de aceite de oliva vamos haciendo las rodajas de calabacín hasta que queden.
En otra sartén echamos una cucharada de aceite de oliva virgen extra y pochamos la cebolla a fuego bajo hasta que quede caramelizada. Reservamos. En un bol mezclamos con ayuda de un tenedor o de la varilla los huevos, la nata, las especias y la sal.
El molde que vayamos a utilizar lo untamos de mantequilla y espolvoreamos con el pan rallado para evitar que el pastel se nos pegue y luego nos cueste desmoldarlo. También podemos ponerle si lo preferimos un trozo de papel de horno que cubra el fondo y luego nos facilite el desmoldado.
Vamos haciendo capas con el calabacín, el pavo y la cebolla caramelizada y vamos añadiendo poco a poco la mezcla que tenemos en el bol hasta terminar de rellenar el molde.
Espolvoreamos la capa superior con queso emmental y metemos al horno al baño María durante aproximadamente una hora a 180 ºC. Si transcurrido el tiempo lo pinchamos y el palito sale limpio el pastel estará listo. Si por el contrario el palito sale húmedo podemos dejarlo un poco más hasta que volvamos a meter el palito y salga limpio.
Una vez sacamos el pastel del horno podemos tomarlo templado o en frío. Lo servimos en una fuente para poder ir cortando porciones. Si nos apetece podemos acompañarlo de una ensalada fresca o podemos tomarlo tal cual, en una comida que no dejará a nadie indiferente.
¿Has visto qué fácil es? Prepara este pastel de calabacín como un entrante, en una comida o como colofón para una cena en familia y verás cómo todos te piden repetir. Si quieres otras recetas parecidas para tener variedad en las elaboraciones, también puedes atreverte con esta tarta de verduras o este pastel de patata y carne que tan buenos resultados da en cualquiera de tus comidas. Desde luego, nunca fallarás con ellos en la mesa. ¡Que aproveche!
Deja tu comentario