Dicen que no hay una comida más fácil de hacer, más rica y más versátil que las croquetas. ¿Estás de acuerdo? Porque ya sabes que las puedes hacer de carne, de pescado, de verduras… Y en el caso de hoy, puedes mezclar dos sabores complementarios para tener unas geniales croquetas de espinacas y queso de cabra.
Porque cuando combinas lo mejor de una fuente pura de vitaminas y de una fuente de proteínas animales, tienes lo mejor de lo mejor disponible para ti y los tuyos.
Así que anímate a cocinar este plato tan exquisito con nosotros, utilizando el increíble pan rallado de Frumen, que te va a dar un resultado espectacular en tus comidas o en tus cenas.
Ingredientes
- 1 pastilla de caldo de pollo
- 1 unidad de salsa bechamel
- 300 g de espinacas
- 200 g de rulo de queso de cabra
- 100 g de cebolleta tierna
- 200 ml de leche
- 2 huevos
- 120 g de harina
- 120 g de pan rallado Frumen Crujiente
- 5 g de pimienta negra
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
Elaboración
Sofríe en aceite de oliva la cebolleta picada. Añade las espinacas y salpimenta. Cuece todo 3 o 4 minutos más y reserva. Haz la bechamel siguiendo las indicaciones del sobre y añade el queso de cabra troceado y la cebolla y la espinaca pochadas. Desmenuza una pastilla de caldo de pollo y cocina durante 3 minutos. Retira del fuego y enfría la masa en la nevera 30 minutos para que gane consistencia.
Ahora toca dar forma a las croquetas. Una vez tienes las bolitas formadas, pásalas por la harina, los huevos batidos y el pan rallado Frumen Crujiente (en este orden) y resérvalas sobre un paño de cocina limpio.
Eso sí, si la masa de las croquetas te ha quedado demasiado blanda y se desparrama al formar las bolitas, lo que debes hacer es espesar la masa de las croquetas añadiendo un poco de pan rallado. Como última opción, si la masa continúa muy líquida, puedes dejarla unos minutos en el congelador para que gane consistencia.
Para terminar, pon una sartén amplia con abundante aceite y fríe las croquetas a fuego medio-bajohasta que se doren de forma homogénea. Retira las croquetas y sírvelas en una fuente con un papel de cocina absorbente para que suelten parte del aceite.
Ahora, solo tienes que buscar la mejor presentación para tus croquetas. Siempre puedes servirlas con un pequeño cuenco en cada plato que contenga la bechamel, o tal vez prefieres poner un poco de perejil por encima para que el resultado quede perfecto. ¡Tú decides!
La verdad es que este plato es sorprendente, y con él conseguirás que todos te acaben pidiendo la receta después de comer. Para terminar, te recomendamos que le eches un vistazo a este post para entender el origen de las croquetas y que apuntes estas 7 recetas de croquetas para que nunca se termine tu recetario. ¡Que las disfrutes!
Deja tu comentario