En la vida hay muchas cosas dulces que disfrutar: un viaje con nuestros hijos, una comida con nuestros padres, un concierto de música con los amigos… Y, sin duda alguna, uno de los mayores placeres que existen son los dulces. ¿Quién no se ha comido una rosquilla de chocolate después de un buen café de media tarde?

 

En Frumen confiamos en los beneficios del pan rallado casero, así que no solo te animamos a que cocines esta receta de rosquillas de chocolate puro al horno con nosotros, sino que te invitamos a que seas tú quien haga el pan en tu propia casa.

 

Si quieres tener hecho un postre o una merienda tan dulce como la vida misma, al igual que otros como la tarta de almendras, solo tienes que acompañarnos mientras hacemos este excelente plato. ¡Vamos a ello!

 

Ingredientes

  • 200 gr. de pan rallado Frumen Especial Horno
  • 70 gr. de azúcar blanquilla
  • 2 cucharadas de cacao puro en polvo
  • 8 gr. de levadura
  • 60 ml. de leche entera
  • Aceite suave para freír
  • 40 ml. de aceite vegetal
  • 3 gr. de sal
  • 1 huevo L

Para la cobertura:

  • 100 gr. de chocolate negro puro
  • Mantequilla

Elaboración

En un bol, tamizamos el pan rallado, el cacao en polvo y la levadura. Reservamos.En otro recipiente, ponemos el huevo, el aceite vegetal, la leche y batimos con unas varillas eléctricas hasta conseguir que todos los ingredientes estén perfectamente integrados.

En ese momento, añadimos el azúcar, batimos de nuevo e incorporamos la sal y los ingredientes secos que tenemos tamizados. Mezclamos, bien con las manos o bien con unas varillas de amasar, y cuando tengamos una masa lisa, homogénea y sin grumos, paramos.

Ya tenemos la masa de las rosquillas de chocolate lista, ahora sólo nos queda crear y freír cada pieza. Para eso, ponemos una sartén al fuego con abundante aceite y mientras se calienta, empezamos a dar forma a las rosquillas.

Para ello, podemos coger porciones con una cuchara y hacer formas redondas con las manos, dejando un agujero justo en el centro. Cuando lo tengamos listo, pasamos las rosquillas por la sartén con el aceite caliente y las freímos en varias tandas unos minutos por cada lado.

Con una espumadera, retiramos a una fuente con papel vegetal para que eliminen el exceso de aceite y a continuación, las colocamos sobre una rejilla que habremos puesto sobre una bandeja o papel de hornear. Dejamos que se atemperen y nos ponemos con la cobertura de chocolate.

 

Llevamos un cacito con el chocolate troceado y un par de cucharadas de mantequilla al fuego y dejamos que se caliente a fuego suave mientras vamos removiendo con una cuchara de madera o lengua de cocina hasta que el chocolate esté totalmente fundido.

 

En ese momento, retiramos del fuego y lo vertemos por encima de las rosquillas de chocolate que tenemos en la rejilla, dejando que la sustancia sobrante caiga sobre el papel de horno o la bandeja. Una vez se haya enfriado ya podrás ponerlas en un plato para que las disfrutéis en casa. ¡Qué rico!