En 1978 la vida era muy diferente a la actual. Las mujeres, en su mayoría, se dedicaban a las tareas del hogar, ir a comer a un restaurante era algo solo reservado para ocasiones muy especiales y la industria alimentaria española estaba reencontrándose en ese momento que vivíamos en nuestro país, lleno de cambios y de esperanza.
Ese mismo año, nació Desarrollos Alimentarios S.A., Frumen, en un pueblo de la Mancha de cuyo nombre sí podemos acordarnos: Azuqueca de Henares. Desde el primer día el carácter innovador de los fundadores se vio plasmado en la manera de entender el negocio. Sabiendo, que el proceso industrializado y automatizado debía poder ofrecer a su vez los productos de mayor calidad. Por ello, fuimos pioneros en crear y hornear nuestros propios panes para luego triturarlos con distintas granulometrías y empaquetarlos.
De este modo, podíamos controlar la calidad y origen de todos los ingredientes y no dejarlos en manos externas. Un importante valor añadido que nos ha permitido elegir harinas de las mejores calidades, especias y otros ingredientes con los que creamos nuestros panes.
Un estricto control de procesos para fabricar panes rallados de altísima calidad
Desde entonces nuestros procesos de control han ido modificándose y mejorándose para cumplir con las normativas más exigentes, no solo nacionales, sino internacionales. Y nuestro carácter innovador sigue presente cada día, anticipándonos a las necesidades de los diferentes sectores con los que trabajamos y ampliando la gama de nuestros productos.
Claros ejemplos de ello son las innovaciones realizadas en el sector de los precocinados (industria que empezó a tomar forma años después de nuestro nacimiento), o la creación de productos que nos acercan a culturas lejanas y exóticas que se han hecho un hueco en nuestras cocinas: Frumen Panko, Frumen Tempura y Frumen New York son parte de esa apuesta.
Frumen: una marca con valores firmes y un propósito claro
Además de esa innovación, nuestro ADN está marcado por otros dos grandes pilares:
- La confianza. Establecemos siempre relaciones de persona a persona, cuidando el trato que damos a nuestros clientes, para que este sea personal y directo, sin importar el crecimiento que ha tenido la empresa desde su nacimiento.
- Y la empatía. Mantenemos una escucha constante del mercado, de las necesidades, de las nuevas costumbres, de los nuevos públicos que aparecen en el mercado… Como puede ser el aumento en los últimos años del número de personas que quieren una dieta vegana o aquellas que tienen intolerancia al gluten.
Es por ello que, en Frumen, no nos limitamos a pensar que somos fabricantes de pan rallado, sino que vamos un paso más allá, buscamos ayudar a los nuestros a sacar su mejor versión. Ya sea en nuestra línea industrial u horeca (adaptando nuestros productos y formatos a sus necesidades, ayudándoles incluso a ahorrar espacio y energía y creando productos de altísima calidad), como al público final que obtiene nuestros productos en su supermercado de confianza. Esas personas que quieren cuidarse a través de la alimentación, y que valoran su tiempo, sus relaciones y tienen una mente despierta y capacidades para aprender nuevas recetas, trucos, sabores…
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