Recientemente, no dejamos de leer y escuchar noticias, en el ámbito de la gastronomía, de curiosos platos a los que llaman ‘trampantojos’. Una forma de cocina innovadora que incluso podemos ver como una de las pruebas recurrentes que suelen salir en prácticamente todos los talent show de cocina de la televisión. Pero ¿qué es realmente un trampantojo y para qué lo utilizamos?
A nivel general, un trampantojo es una «trampa ante el ojo», una ilusión óptica o especie de juegos visuales que se utilizan para hacernos creer que lo que estamos presenciando es algo totalmente distinto de lo que es en realidad. Esta sorprendente técnica, que proviene del mundo del arte (pinturas de puertas, columnas o grietas que parecen reales y no lo son) se ha llevado a otros muchos ámbitos, como la cocina.
El objetivo de esta técnica consiste en sorprender al comensal mostrándole un plato que parece una cosa, pero que, cuando lo prueba, se da cuenta de que es algo completamente distinto. La finalidad del trampantojo es divertir, sorprender al comensal con la vista, aumentando la sorpresa con sabores y texturas diferentes a las esperadas mediante una técnica de realismo. Sin olvidarnos de que se trata de un plato de comida y que debe estar supeditado al sabor.
Son muchos los chefs que se han sumado a esta técnica con platos tan sorprendentes como: unas aceitunas negras que en realidad son esferas de queso y anchoas en aceite; unas piedras de la lanzada utilizando puré de garbanzos con algas; una sobrasada a base de crema de gambas rojas, con un sabor muy diferente a la tradicional hecha con cerdo o un pincho que simula un tataki de atún que en realidad es sandía. Y es que, echándole un poco de imaginación, podemos conseguir platos verdaderamente fascinantes que dejarán con la boca abierta a nuestros comensales.
A partir de ahora, cuando vayáis a un restaurante vigilar bien lo que coméis, pues nada es lo que parece…
Deja tu comentario