Estamos en pleno mes de agosto y, para muchos, el mes por excelencia de las vacaciones de verano. Seguro que algunos de vosotros habéis decidido coger las maletas y emprender el vuelo rumbo a algún país lejano. Y, aunque durante la ida, el entusiasmo inicial haga que apenas nos demos cuenta del desfase horario, a la vuelta, y con el cansancio acumulado, puede que nos cueste más volver a la rutina. De hecho, uno de los mayores temores de los viajeros a la hora de escoger destinos lejanos es padecer el famoso ‘jet lag’.

Sentirse fatigado, tener dolores de cabeza, debilidad, malestar intestinal o trastornos en el sueño es frecuente cuando cruzamos diversas zonas horarias en poco tiempo. Si tienes previsto coger un vuelo de larga distancia, te contamos lo que debes o no comer para sobrellevar de la mejor manera las consecuencias producidas por el desfase horario.

 

ANTES DEL VIAJE

Si sabemos que a pasar muchas horas sentados en un espacio reducido, debemos intentar hacer una comida ligera antes de nuestro viaje: ensaladas, carnes o pescados a la plancha, verduras y/o frutas, nos ayudarán a hacer una buena digestión. También debemos evitar el consumo de sal, ya que provoca retención de líquidos e hinchazón de las extremidades.

Prepararse psicológicamente para el horario de la ciudad a la que se viaja también puede ser una buena estrategia.Un truco es ajustar el reloj al nuevo horario nada más comience el vuelo. Así, cuando aterricemos, ya estaremos preparados para el nuevo horario y habremos ido adaptando los horarios de comida y sueño a los del destino al que nos dirijamos.

 

DURANTE EL VIAJE

Es importante mantenerse hidratado. Decántate por el agua y, por el contrario, evita bebidas alcohólicas o estimulantes como tés, cafés y Coca-Cola, que pueden alterar el sueño.

Además, en la medida de lo posible, debemos tratar de realizar comidas ligeras (plancha, horno, vapor, hervidos) y no abundantes. Reducir los alimentos fritos y con salsas y evitar las bebidas con gas y los alimentos crudos, especialmente las verduras flatulentas como la coliflor, el brócoli o las coles de bruselas.

 

DESPUÉS DEL VIAJE

Cuando lleguemos a nuestro destino, los dos o tres primeros días, nuestras cenas deben contener algo de hidratos de carbono o alimentos que nos aporten melatonina. Una hormona presente en nuestro organismo que nos ayuda a conciliar el sueño y que está presente en alimentos como: los cereales (arroz o avena), algunas frutas (kiwis, cerezas, plátanos o bayas de Goji) o frutos secos (nueces o almendras).

Recuerda que es importante estar hidratados y baber al menos 2 L de agua al día. Además de agua, puedes ingerir una gran variedad de alimentos ricos en agua como: melón, sandía, melocotón, fresas, pepino o espárragos, entre otros.

Hay otras muchas recomendaciones que podemos seguir más allá de la alimentación para minimizar los efectos del jet lag, como hacer algo de ejercicio en el avión, intentar no dormir -si no toca- cuando lleguemos a destino… ¿Conoces otros trucos que ayuden a combatir el jet-alg? ¡Cuéntanoslo!