Hasta hace bien poco nuestra única preocupación al comer fuera de casa era asegurarnos de que el lugar elegido cocinaba de maravilla y ser atendidos con mimo. Tras el paso de la COVID-19 por nuestras vidas, la seguridad se ha hecho un hueco en la lista de requisitos y ahora más que nunca, debemos valorar que el espacio cumpla con las normas para evitar un contagio indeseado y podamos disfrutar de una gran velada, como antes. Pero ojo, no sólo el establecimiento debe protegernos, nosotros también debemos ser cautos en la visita.
¿Terraza o interior?
La primera pregunta que nos hacemos a la hora de reservar en un restaurante es, dónde estaremos más seguros, si en el salón o en la terraza, en el caso de que la tenga.
Muchos comensales prefieren optar por la terraza, porque un espacio abierto les da más confianza, pero cabe remarcar que un interior bien gestionado podría ser tan seguro o más que el exterior, donde a veces, no se pueden garantizar las distancias con los transeúntes, que pueden invadir el espacio sin darse cuenta.
Los restaurantes han disminuido su aforo interior para cumplir con las distancias exigidas entre comensales y algunos han aumentado su aforo exterior con la idea de amortiguar el impacto de las limitaciones indoor. Ambos sitios son seguros si las normas se cumplen por ambas partes: el cliente y el restaurador.
Tenedor, cuchara, cuchillo y mascarilla
Sentarse a la mesa de un restaurante para comer, no exime el uso de mascarilla. Aunque durante las primeras semanas de desconfinamiento solo se recomendó llevarlas en el interior de los restaurantes para acceder al baño o a proceder al pago de la cuenta, ahora la recomendación es usarla todo el tiempo, excepto en el preciso momento de comer.
En casi todas las Comunidades el uso de la mascarilla en las terrazas de los restaurantes no es solo una recomendación, sino también una obligación.
¿Dónde dejarás tus cosas?
Aunque los restauradores desinfectan cada pieza de mobiliario entre un cliente y otro, debemos tener la precaución de tocar el mínimo de superficies tanto con nuestro cuerpo como con nuestros objetos. Así que lo mejor es prever dónde dejaremos todo aquello que antes repartíamos entre la mesa y una silla anexa. Un bolso puede ayudarnos a prevenir el contacto con el virus, durante el tiempo que estamos disfrutando de una agradable comida o cena.
Usa el gel antes, durante y después
Lleva a mano un gel desinfectante para poder lavarte las manos sin tener que acudir al baño obligatoriamente. De esta manera evitarás el paseo hasta la zona de los baños y el contacto con otras zonas del restaurante. Úsalo siempre que lo necesites.
Servir, comer, repetir
Ahora que ya no compartimos tapas al centro, es importante tener en cuenta también los espacios de los platos. Si tenemos delante nuestra comida, podemos asegurarnos de que no se ve infectada por una tercera persona. Para ello, si pedimos un plato al centro, lo óptimo será servirlo de inicio para que cada uno pueda tener delante su porción.
Metro y medio de separación
Si los comensales de una mesa y otra deben guardar un metro y medio de separación, tú deberías hacer lo mismo con las personas que comes o cenas pero no convives. Una buena estrategia es sentarte enfrente de esa persona con la que no te relacionas habitualmente y a 30 centímetros de la mesa, aproximadamente. Así conseguirás que el espacio entre ambos sea también de un metro y medio.
Toda precaución es poca, sobre todo si convives con personas de riesgo. Recuerda que la responsabilidad es de todos, no sólo de los establecimientos. Entre todos los ciudadanos podemos hacer de nuestras ciudades, lugares más seguros. Estos consejos nos ayudarán a conseguirlo en nuestras salidas gastro.
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